Solo un 37% del crecimiento de las urbes se hace de forma planificada. La calidad de vida en las ciudades, entendidas como espacio de cohesión social, es cada vez peor. El espacio público tiene cada vez menos peso en las urbes que están en expansión, apenas el 21% del total de la superficie, según ha alertado la agencia Hábitat de Naciones Unidas durante la conferencia temática de Hábitat III sobre Espacio Público que se celebra en Barcelona. Además, el crecimiento de las grandes ciudades se está produciendo de forma desordenada: solo un 37% de las áreas en desarrollo cuentan con planes urbanísticos. El resto es una expansión informal, con permisos, pero sin planeamiento; en ocasiones, ni si quiera dotado de servicios. Esto provoca, por ejemplo, que las manzanas sean cada vez mayores. Si una manzana de Nueva York mide 2,2 hectáreas, la media de las que se están construyendo son muy superiores: cinco hectáreas.
La agencia ha presentado los resultados preliminares de un estudio que analiza cómo están creciendo las grandes ciudades. Unas conclusiones que ha repasado Eduardo Moreno, director de investigación de ONU Hábitat, quien ha alertado de los riesgos del crecimiento sin planificación. Ha dicho: «La planificación genera espacio público, jerarquiza los usos y facilita la cohesión social. Crecer fuera del planeamiento significa dejar el crecimiento en manos de promotores privados”.
El director de ONU Hábitat y exalcalde de Barcelona, Joan Clos, ha alertado de “la negativa evolución en planificación urbana”. “¿Cómo puede ser que sabiendo tanto de urbanismo, el crecimiento urbano se esté haciendo reduciendo el espacio público? ¿Cómo puede haber manzanas de 10 hectáreas? ¿Dónde están los urbanistas?”, ha clamado. «Va incluso en contra de la economía y la riqueza de la ciudad. Necesitamos un espacio público fuerte porque, si no, no seremos conscientes del riesgo para futuras generaciones».
El estudio además, indica claramente cómo estas cifras urbanísticas están relacionadas con la bonanza o la pobreza de las diferentes zonas del planeta. Cuanta mayor es la riqueza de las ciudades, mayor es la planificación urbanística de las zonas en crecimiento y más superficie de espacio público tienen. Y viceversa: cuanto menor es el PIB por habitante, mayor es el crecimiento desordenado y sin servicios y hay menos espacio público. En África Subsahariana, la planificación apenas alcanza el 10%, mientras en las ciudades más ricas es del 83%.
El macro estudio parte del análisis de imágenes por satélite de una muestra representativa de 200 de las 4.200 ciudades de más de 100.000 habitantes que hay en el mundo, que concentran el 70% de la población urbana. La fase preliminar del estudio se centra en el crecimiento de estas ciudades desde 1990 hasta 2015 y analiza los espacios por usos y densidad (residencial, espacio urbano, industrial, administrativo, servicios públicos), los tamaños de las manzanas, el ancho de las calles o su longitud.
El estudio analiza indicadores específicos tales como cuánta superficie de calles hay por habitante: 20 metros cuadrados de media por persona en el mundo. Una superficie que baja a 11 metros en ciudades con una renta de 7.000 dolares y asciende a 100 metros cuando la riqueza supera los 50.000 dólares. En Europa, la media es de 30 metros cuadrados. Otro dato son las arterias de más de 18 metros de ancho, que estructuran las ciudades y absorben la movilidad y el transporte: “se han reducido en un 20% desde 1990, sacrificando la presencia de espacio público y de vías que impiden la movilidad y la posibilidad de crear oportunidades económicas”.