Los responsables del proyecto Sistema de Autobuses Europeos del Futuro (EBSF), en el que participa el Centro de Investigación del Transporte de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), se han reunido recientemente en Bruselas para clausurar esta iniciativa. También para explicar las aplicaciones puestas en marcha hasta la fecha en algunas ciudades, entre ellas Madrid, para hacer más atractivo este servicio por medio de nuevas tecnologías aplicadas a vehículos e infraestructuras.
Este estudio, que está financiado por el VII Programa Marco de la Unión Europea y en el que participan 50 entidades públicas y privadas de 11 países europeos, define un sistema inteligente de vehículos pioneros e infraestructuras integrados en los escenarios urbanos del continente. Operadores de transporte público, las asociaciones nacionales e internacionales de transporte público, las autoridades locales, los fabricantes de autobuses y centros de investigación o consultoría han dedicado cuatro años a mejorar la imagen de los sistemas de autobuses en las zonas urbanas y suburbanas.
Para testar los nuevos autobuses se han hecho pruebas en 7 ciudades europeas: Madrid (España), Bremerhaven (Alemania), Budapest (Hungría), Roma (Italia), Goteburgo (Suecia), Rouen y Brunoy (Francia).
El Centro de Investigación del Transporte de la Universidad Politécnica de Madrid (TRANSyT-UPM), dirigido por el profesor Andrés Monzón, ha centrado su investigación en la evaluación, difusión y explotación de los resultados. Ha desarrollado, junto con otras universidades, un sistema de evaluación y medida de los impactos sobre la calidad del servicio, la eficiencia en la operación y la opinión de los viajeros sobre los servicios de información, la mejora de puntualidad, etc.
Según la investigadora de la UPM, Rocío Cascajo, “los resultados obtenidos en la evaluación de los siete casos de estudio muestran que la mayoría de las actuaciones implementadas han resultado exitosas y valoradas muy positivamente por los viajeros, que han manifestado en las encuestas realizadas que la calidad del servicio había mejorado un 35% de media gracias a estas medidas. Las mejor valoradas han sido las referentes a la calidad del servicio y el fácil acceso para personas con discapacidades”.
Autobus con guiado óptico
Las nuevas tecnologías están mejorando la operación del transporte público, en particular, de los autobuses. De hecho, existe en España el TVRC (Transporte en Vía Reservada de Castellón) desde el año 2008, que consiste en un autobús híbrido con guiado óptico que circula en plataforma reservada y tiene un diseño innovador, similar al tranvía.
El guiado óptico conduce el vehículo sin necesidad de conductor, y consigue un acercamiento óptimo a la plataforma de la parada, dejando un espacio mínimo entre andén y vehículo, y garantiza una mayor accesibilidad. De momento, sólo se usa el guiado óptico cuando el autobús se aproxima a las paradas de autobús. Este sistema robotizado sería posible en todo el recorrido de la línea, pero los costes aumentarían enormemente.
En opinión de Monzón, que ha coordinado a los investigadores de la UPM en este proyecto, “la opción de prescindir de conductor de momento no creo que sea posible, ya que las nuevas tecnologías son inteligentes, pero pueden fallar. Además, muchos pasajeros son partidarios de la existencia de conductores, especialmente las personas mayores, ya que les da más seguridad, al mismo tiempo que pueden servirles de apoyo en cualquier momento”.
Por otra parte, en el autobús del futuro los pasajeros podrán acceder a una información en tiempo real sobre la ruta y las incidencias que puedan surgir mientras viajan, y las plataformas de acceso estarán habilitadas para personas discapacitadas. La posibilidad de llevar bicis también se contempla en esta iniciativa europea.
Otras innovaciones que podrían incluir los nuevos diseños se encaminarán a mejorar la comodidad (por ejemplo, favoreciendo el tránsito en el interior del vehículo, utilizando billetes que no necesiten el contacto), la seguridad y la visibilidad del viajero (mayor iluminación y grandes ventanales para observar el exterior).
Todos estos elementos servirán para hacer más rápido, eficaz y cómodo el desplazamiento urbano en autobús y equipararlo al metro, intentando competir con el viaje en coche. “Las medidas que disponemos en este sentido han sido mejorar la fiabilidad del tiempo de viaje reduciendo la incómoda espera en paradas. Por otro lado, también la información al conductor y al operador ha permitido mejorar la velocidad de operación y reducir los incidentes en la línea.
Las ventajas de tener más puertas
Igualmente han sido valorado muy positivamente el hecho de que los nuevos autobuses tienen más puertas: 4 en el caso de Gotemburgo y 5 en los de Budapest, de manera que se reduce el tiempo de subida y bajada en un 10-15%, lo que reduce la espera en la parada y disminuye el tiempo total de viaje. Otra medida que reduce el tiempo en parada es el rediseño del interior del autobús, haciéndolo más amplio y mejor para un correcto flujo de pasajeros”, afirman expertos del TRANSyT-UPM.
Este estudio también está orientado a mejorar las condiciones ergonómicas de la cabina del conductor a partir de diversas grabaciones en vídeo y de la recreación de una maqueta que ha sido probada por los conductores de autobuses de diversas ciudades europeas. Los datos recogidos durante las pruebas y entrevistas podrían plasmarse en un conjunto de Directrices europeas para el diseño ergonómico del puesto de trabajo de los conductores de autobús.
Respecto al tema mediambiental, Monzón muestra su preocupación por mantener ciudades libres de la polución generada por el transporte público. Para este fin considera imprescindible la utilización de combustibles limpios por parte de unos autobuses eficientes en cuanto a consumos y emisiones. “De hecho, en muchas ciudades españolas el 100% de la flota tiene emisiones reducidas (utilizando GNC y Biodiesel, principalmente). No se concibe un autobús del futuro que no utilice un combustible de emisiones reducidas».
«Así –prosigue el investigador–, en el proyecto EBSF se ha probado en Budapest un motor diesel 320 HP, de 6 cilindros, que cumple con los estándares EEV (impone emisiones extremadamente bajas de partículas). Este motor ha permitido una reducción de las emisiones contaminantes y del consumo de combustible. En Gotemburgo, también se ha realizado un entrenamiento a los conductores sobre eco-driving (conducción eficiente), con la que se ha demostrado una reducción en el consumo de combustible, además de una conducción más suave y cómoda».