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EKO: Una abuela en el mercado

Una abuela en el mercado es un proyecto que versa sobre la puesta en valor de lo cotidiano y la transmisión del conocimiento; enraiza con la ruptura del poder a través de la transmisión del conocimiento y la construcción de tejido social en espacios en los que pervive una dinámica especial de funcionamiento, como es el ejemplo de los mercados de abastos.

Abuela en el mercado

 

La sociedad de consumo es una sociedad cada vez más homogeneizada; lejos queda la función utilitarista del consumo, ahora es momento de un consumo por placer para recibir una satisfacción inmediata al realizarlo. Lo que destacamos es lo que se haría llamar el el homo economicus. Un consumo de elite y un subconsumo obrero; un consumo basado en la satisfacción racional.

Dejando ya por superada la etapa del consumo vinculada al posicionamiento social, ahora el consumo en esta época hedonista e individualizada se centra en la vivencia de experiencias; se estudia el carácter simbólico del consumo como un proceso social de expresión o construcción de la identidad a partir del cual se puede explicar el carácter estructurado que presenta este fenómeno en las sociedades modernas: un sistema de búsqueda de felicidad privada, de satisfacción inmediata, de búsqueda personal a través de la elección de mis consumos y de mis marcas. Hemos entrado en una vía de la experiencia que se basa en un sistema de simulaciones.

Las relaciones sociales en torno al consumo.
El lenguaje que gira en torno a los intercambios comerciales está quedando cada vez más acotado, más encarcelado en uno sistemas más rígidos y más artificiales. Se está perdiendo la calidad y la riqueza en la comunicación entre vendedor y cliente. Uno de esos oasis que aún persisten tiene lugar en los mercados de toda la vida, en los que aún se conserva esa riqueza de comunicación lenta y sin prisas; en efecto, en las plazas de mercado lo popular no es sólo asunto de consumo, de “recepción”, sino de positiva emisión, o mejor, de producción. La plaza de mercado es un espacio fundamental de actividad, de producción de discurso propio, de prácticas en las que estalla un cierto imaginario –el mercantil– y la memoria popular se hace sujeto constituido desde otro imaginario y otra lengua.

Transmitir conocimiento revela en su mismo étimo (trans-mittere) el carácter itinerante del saber: procede de alguna parte y se dirige hacia otra. En este proyecto la búsqueda de lo intergeneracional construye la estructura básica, modulable por matices como el espacio donde se lleva a cabo y los personajes que entran en juego.

Se desarrollarán sesiones de encuentro en el Mercado de la Cebada en los que no será preciso forzar las cosas, sino que bajo una pequeña organización, buscando a una abuela y a un vecino del barrio, se hará la compra en el mercado bajo consejos, gustos y tradiciones aprendidas por ella; es el escenario perfecto para poner en valor todo lo comentado más arriba. Se hará un seguimiento de los encuentros que quedarán registrados en medios bajo el hastagh #unaabuelaenelmercado