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Los barrios se unen para exigir que se pare el plan de Movilidad

Correo y DNA Stop al plan de Movilidad Sostenible. Colectivos vecinales tan dispares como la plataforma Interbarrios y la FAVA, que representan a una veintena de barrios de Vitoria, coincidieron ayer en exigir al Ayuntamiento que eche el freno al proyecto para revolucionar el transporte público en la ciudad, potenciarlo y arrinconar así al coche. ¿La razón? Rechazan de plano de los ejes principales de una iniciativa que se empezó a debatir nada menos que en el otoño de 2007, y que cuenta con el respaldo unánime de la Corporación. Aun así, piden al Ayuntamiento que paralice su puesta en marcha y que «se siente» con los ciudadanos para hacer un nuevo diseño de participación social.
Así lo expusieron Guillermo Perea, en nombre de Interbarrios, y Eduardo Cervera, presidente de la FAVA, en el turno popular de la comisión de Urbanismo celebrada ayer. El portavoz de la primera agrupación abrió fuego acusando al Consistorio de tomar medidas «unilaterales» que, a su juicio, suponen ir «hacia atrás». Así, enumeró la puesta en marcha del tranvía, la supresión «sin evaluar sus consecuencias» de las primeras líneas de urbano, la expansión de la OTA -que calificó de «ilegal» dada la extensión de la ciudad- y su subida prevista, que «se va a efectuar sin crear antes parkings disuasorios». El representante vecinal advirtió, además, que la compra de diecisiete autobuses será «insuficiente para dar un buen servicio».
Cervera, por su parte, criticó la nueva organización de Tuvisa, «con menos paradas, y más separadas, con una frecuencia que no llegará a 8 minutos -el mínimo para ofrecer calidad, dijo- y sin abaratar su precio». «En vez de lograr un efecto disuasorio sobre los conductores lo que se va a conseguir es fomentar el uso del coche», vaticinó.
Evitar el «colapso»
El concejal de Movilidad y Transporte hizo hincapié en el espíritu de un plan «que no es de barrios, sino de la totalidad de una ciudad», recalcó, y que funcionará «como una red de metro, de forma que podremos desplazarnos a cualquier punto de la ciudad mediante un transbordo». Joaquín Esteban parafraseó al alcalde Lazcoz e insistió en que el proyecto «no es un catecismo. Se puede mejorar, pero no paralizar. Supondría un despilfarro para Vitoria», advirtió.
En este mismo sentido se mostraron los concejales del resto de partidos, que defendieron una por una las bondades de una de las iniciativa «más reflexionadas», afirmó José Navas, de EB. «Si no se llevara a cabo, esta ciudad, que soporta ya 206.000 desplazamientos diarios, entraría en colapso», enfatizó Antxon Belakortu, de EA.
Pese a reiterar su apoyo firme al proyecto, tanto la portavoz jeltzale, Malentxo Arruabarrena, como el concejal popular Manuel Uriarte, admitieron un «punto débil»: su difusión. «Si estas personas están aquí es porque algo se está haciendo mal. Aunque se está proporcionando información a los barrios a través de reuniones, parece necesario mejorar e intensificar este trabajo», resaltó la edil.
Convencidos de que las ’supermanzanas’ no están hechas para Vitoria, los portavoces vecinales abandonaron la comisión anunciado «movilizaciones» si el Ayuntamiento no paraliza el plan.
Los vecinos se unen para exigir la paralización del Plan de Movilidad hasta lograr un consenso (DNA)