¿Ir de compras, aprender inglés o tener casa para tus vacaciones sin soltar un euro? El intercambio, los “bancos del tiempo” y el “home for home” lo hacen realidad. La economía alternativa gana terreno.
La primera parte del anuncio no llama demasiado la atención, pero ¿y la segunda frase? “Doy clases de piano a cambio de cursos de inglés”. O “Hago trabajos de electricidad por una asesoría fiscal”. Parece un acuerdo privado entre amigos o vecinos, pero va mucho más allá. Este tipo de intercambios están coordinados por los llamados “bancos del tiempo”.
En ellos no podrás hacer una transferencia o pedir un crédito personal. Al menos, no de dinero. Pero sí acudir a la peluquería,participar en un taller de teatro, visitar al destista o aprender a pintar gratis, siempre y cuando tengas algo que ofrecer. La moneda de cambio es siempre el tiempo, tu tiempo.
¿Cómo funcionan?
Tan sencillo como ofrecer un servicio a cambio de otro. Todo empieza con una inscripción y un talonario de determinadas horas, que sirve para pagar y para que te paguen. “Mi hora por tu hora”, reza el eslogan del banco de Valladolid. O “Cambia tu tiempo”, en el caso del de Logroño. Y el de Vitoria -Gasteiz, aquí
El banco actúa como mediador, pero no se hace responsable de los servicios que se pueden ofertar. Ah, y por supuesto, está totalmente prohibido aceptar dinero o propinas.