Mañana, día 20 de setiembre, tendrá lugar en Gasteiz la jornada ‘Cine Social en la calle’, mediante la cual se realizará una proyección al aire libre de cuatro cortometrajes documentales centrados en la inmigración. La iniciativa, que comenzará a las 21:00 en la Virgen Blanca, quiere acercar la realidad social del fenómeno migratorio a la población. Los cuatro trabajos son: ‘Portrait, Retrato joven de Vitoria-Gasteiz’, ‘Camas calientes’, ‘On the linee’ y ‘El tren de las moscas’.
‘Portrait, Retrato joven de Vitoria-Gasteiz’, de Fernando López Castillo, es un corto-documental sobre las experiencias, ilusiones y expectativas de futuro de los jóvenes de la ciudad. Aborda un viaje por los rincones más significativos de sus calles para presenciar la gran diversidad de trayectorias y narraciones que aportan estas personas, confluyendo todo ello en sueños, deseos e intereses comunes.
Por otro lado, ‘Camas calientes’, de Lluc Güell y Paula Morelló, cuenta la historia de Mariana y Ahmed, dos desconocidos en situación precaria que se ven obligados a compartir la misma habitación. Debido a sus horarios invertidos y a su complicada situación económica deben utilizar el sistema de las ‘camas calientes’. Poco a poco descubrirán que en una situación tan extrema también puede haber lugar para la esperanza.
‘On the line’, de Jon Garaño, es un court que se sitúa en la frontera entre Estados Unidos y México. En formato documental y a través de la visión de Adam –un norteamericano de clase media–, refleja la tensión que se vive entre algunos habitantes de sur de California y los mexicanos que intentan entrar en el país vecino de forma ilegal.
‘El tren de las moscas’, de Nieves Prieto y Fernando López Castillo, se acerca a la historia de los casi 400.000 emigrantes centroamericanos que cada año intentan llegar a Estados Unidos cruzando México. Envueltos en mil dificultades, viajan como moscas sobre trenes de carga en un peligroso viaje que, en un punto de Veracruz, encuentra una pequeña esperanza: ‘Las Patronas’, unas mujeres valientes que aguardan al pie de las vías para entregar, con el tren en marcha, comida y bebida a los emigrantes, en un gesto humano y solidario que llevan repitiendo, día tras día, desde hace 15 años.