El hecho es que en el día de hoy ha aparecido una lonja forzada, violado su acceso, con sangre y carne en el interior, y esparcida sangre en la pared y suelo de los soportales de la Comunidad. Por la tarde se ha difundido la noticia, acordonado esos soportales para la investigación policial.
Tal y como el sentido común decía esta mañana, la sangre se limpia y así se ha venido pidiendo por una parte de la comunidad, por esta Asociación y por agentes sociales de toda la ciudad. Se han eliminado las muestras y en pocas horas ha quedado la pared blanqueada sin signos de esta acción.
Esta acción, ataque contra personas y sentimientos, ha tenido mucha repercusión en los medios, y también mucha en el propio barrio, alterando su convivencia y realidad. Por ello es preciso reflexionar, pensar, denunciar y actuar con calma, como sociedad y como ciudad, pues es un problema de ciudad, no de este barrio ni con vecinos o vecinas de este barrio.
Y tras ello, una mirada en positivo, dado que este hecho aislado (en el barrio y en la ciudad) podía haber pasado en otros barrios o zonas, y nuevamente se utiliza un punto llamativo y mediático para atacar sentimientos religiosos o de otras comunidades.