El Centro Vecinal Pumarejo que ha estado este mes de noviembre en nuestra ciudad, es un espacio ocupado y rehabilitado, un espacio abierto del que disfrutan tanto asociaciones y colectivos, como gentes diversas del barrio. En el año 2000, ante el deterioro y abandono por parte de la administración de la Casa Palacio del Pumarejo, surge una plataforma para su defensa; tras una larga lucha llena de luces y sombras están recogiendo sus frutos. Pumarejo se puede definir como un lugar de trabajo y apoyo vecinal, un espacio de encuentro e intercambio que se extiende a su entorno y contagia a sus vecinos.
Han estado este pasado jueves explicando sus vivencias en nuestra ciudad, en la asociación de vecinos/as Gasteiz Txiki, estableciendo lazos de confianza y vecindad entre barrios que trabajamos en el barrio.
Esta casa-palacio fue construida en el último tercio del siglo XVIII siendo la residencia del conde Pedro Pumarejo. A finales del XIX se transformó en vivienda colectiva o Casa de Partido. Es uno de los escasos ejemplos, que quedan en Sevilla, del proceso de transformación de antiguos palacios en casas de vecinos. Fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 2003.
Se presenta este colectivo así: Una Casa Palacio del siglo XVIII en el casco histórico de Sevilla convertida en casa de vecindad. Sufre un intento de expulsión de sus vecinas y vecinos en el año 2000. En la actualidad ya es un edificio propiedad del Ayuntamiento, protegido como Bien de Interés Cultural por la Consejería de Cultura y auto-gestionado por los vecinos del barrio a través de la Asociación Casa del Pumarejo. Esta Asociación está tejida colectivamente por una DIVERSIDAD de personas que promueven una multitud de ACTIVIDADES: culturales, artísticas, politicas, sociales, artesanales… Estas actividades de lucha, fiesta, conocimiento y arte nos aportan vivencias que construyen una manera de seguir en un PROCESO permanente.
La ciudadanía rehabilita el patio del Palacio del Pumarejo
Un ejemplo del poder de la ciudadanía lo tenemos en la Casa del Pumarejo, edificio del siglo XVIII del quehablábamos hace apenas dos meses en el Blog para denunciar su lamentable estado de conservación. Gracias a la iniciativa ciudadana y a la acción de las asociaciones del barrio se ha recuperado el patio principal de la casa para evitar que el deterioro siguiese avanzando
Esperanza en la casa palacio del Pumarejo
El alcalde garantiza a los vecinos que invertirá en 2016 para rehabilitar y mantener la casa Investigadores internacionales y nacionales estudian su movimiento social.
Miguel Macías y Salvador García y David Gómez, de la asociación, son habituales en la casa. Comparten la esperanza por el giro en la postura municipal. Para Salvador, ex empleado de Renfe, la casa es «su lugar en el mundo», un centro de vida de verdad, no un escenario, que ofrece salud, relaciones, conocimiento y afecto, y «eso vale una fortuna». Lamenta el maltrato del inmueble por los dueños originales y por el Consistorio: «Aquí han puesto muchos puntales , cerrado espacios en 15 años y hecho un expolio para que la casa tenga un fin distinto a su valoración como monumento en 2003, y todos los partidos son culpables». Miguel Macías, enamorado de la casa, llegó buscando asesoramiento en la Liga de Inquilinos cuando lo iban a echar de su piso, y se quedó por el valioso ambiente de compañerismo entre el centenar de habituales y las miles de personas vinculadas a ella.
Una casa con 227 años de historia
Los arquitectos Ventura Galera y José Ignacio González han dirigido la recuperación de este monumento tras recaudar 20.000 euros por la vía del crowdfunding. Ni los propietarios originales ni el Ayuntamiento, que la compró después, se han interesado por su conservación pese a ser un monumento (BIC). El patio principal se ha adecentado con el asesoramiento del museo de la cal viva de Morón para no alterar su protección. Sin embargo, la recuperación por parte de los vecinos ha frenado su deterioro en una mínima parte, ya que la casa tiene 3.000 metros cuadrados