Zabalortu tiene las llaves, y adquiere cada adjudicatari@ del compromiso de participar y aportar al proyecto, respecta a usuarios y vecinos/as, cultivar de forma ecológica las huertas y respetar las normas básicas.
Esta mañana se ha celebrado una asamblea con mucho contenido e ilusión; historia, esfuerzos y puesta a punto de la tierra para cultivar, compartiendo espacio, formación, interés y proyecto vecinal. También los medios y como no, los gastos, dan a este proyecto dos características: su valor compartido y comunitario, gestionado por los vecinos y vecinas, y en segundo lugar, que es del barrio y para el barrio de Zabalgana.
Este proyecto es una realidad, de la que se puede aprender y expandir en Zabalgana en otras parcelas o en otros barrios mediante otros grupos que lo quieran promover. Pero también es una forma de aportar, con interés en nuevas comisiones, y nuevas obligaciones que se han aprobado tras algún debate interesante sobre el funcionamiento de los mismos, cuyo reglamento ha sido aprobado.
Junto a ello, en el día de hoy se ha visto y agradecido la labor del grupo promotor, en el que toma parte Zabalgana Batuz, así como de los pasos a dar, para arar la tierra, nutrirla y analizarla, así como evitar la hierbas adventicias, y poder disponer de esa tierra en un espacio compartido.
Comisiones participando diversos vecinos de forma voluntaria, muevas ideas, tutorías, formación, así como el coste según lo presupuestado para iniciar y disponer de los elementos básicos, han sido los temas tratados y aprobados.
Esta tarde se sortean la parcelas en un primer auzolan abierto a todo el barrio, con el fin de que se eliminen las plantas adventicia y piedras en superficie.
Todavía quedan tareas para comenzar a plantar y cultivar, pero estamos (en Zabalortu) en ello, sabemos que tenemos que hacer y lo estamos haciendo juntos. Tras mirar al futuro con ilusión, vemos la realidad de nuestra parcela; vemos un proyecto hecho realidad con la foto de las vecinas en la Asamblea en los huertos.
Y vemos aportaciones en manuales, en mejoras para la gestión y en la implicación que cuesta pedir pero la respuesta es muy positiva. E incluso, se perciben más propuestas y más ideas para dar un paso más en este proyecto comprometido con una forma de vida, y de relacionarnos con la tierra, con el mundo agrícola. Sin buscarlo, salen ideas, propuestas y proyectos parejos para lanzar tras estudio y nuevos tiempos en el barrio de Zabalgana, mostrando un futuro esperanzado.