El pasado 10 de noviembre se presentó el presupuesto del Departamento de Empleo y Políticas Sociales para 2015 por el consejero, Juan María Aburto, que contempla una dotación para las ayudas a la conciliación de 30 millones de euros, frente a los 17,3 millones del pasado ejercicio. Si esta cantidad fue insuficientes y generaron una ola de reclamaciones y denuncias, por haber dejado de atender las solicitudes a los tres primeros meses del año, se anuncia su cobertura en el año 2015, por lo que es difícil que con 13 millones más se cubran todas las del próximo año, más las pendientes de éste.
La experiencia de los últimos ejercicios nos muestra que la ejecución de la partida presupuestaria supone una estimación insuficiente y sin ampliación, lo que deriva en posponer pagos año tras año. Este gasto del importe recogido en la partida presupuestaria supone, en vez de sin anticiparse al problema generado a miles de familias, mantener cálculos interesados para lastrar esta falta de estimación acorde a la realidad.
Lo razonable hubiera sido ampliar la partida para el presente año y de esta forma atender así cuanto antes las miles de solicitudes presentadas a lo largo de 2014. Al no realizarse, es preciso disponer de un importe suficiente para atener las necesidades de conciliación, lo que según las cuentas aportadas, no se valora ni tiene en cuenta. Un presupuesto debe contar con la partida suficiente para todo el año, y si se ha venido agotando antes de alcanzar la mitad del año, era oportuna una estimación real de lo acumulado y comprometido, más la estimación de solicitudes.
Ante este presupuesto, demandamos realizar una gestión adecuada y eficaz, puesto que la partida presupuestaria para este fin no sólo no se amplió en los presupuestos de 2014, si no que se redujo un % 7, y el incremento para 2015 no absorbe las cantidades no abonadas en 12 meses de dicho año y 10 de 2014, por lo que es incapaz de buscar y proponer soluciones a corto y largo plazo.
Desde una política social avalada por Europa, reclamamos una apuesta firme por apoyar a las familias, pues la natalidad es el verdadero motor económico y social. No dotar de partida o ampliación suficiente, supone no asumir su responsabilidad de dar “una adecuada solución al necesario equilibrio entre vida familiar y laboral” (Decreto 177/2010, de 29 de junio)
Es fundamental que se incida en la percepción social de la natalidad, la procreación y su conciliación con todas las actividades socio- económicas, especialmente la actividad laboral. Este compromiso y apuesta por la conciliación debería ser señal de una sociedad que mira a su propio futuro.
La conciliación afecta a la educación, las familias y agravan la capacidad de trabajar y conciliar el cuidado de los/as hijos/as para los padres, afectando gravemente a quienes tienen hijos en su conciliación laboral y familiar.
Por otro lado, la intención de revisar las ayudas en el futuro, para limitar los supuesto o casos, no deben suponer una reducción de la conciliación, puesto que la introducción del criterio de Renta Familiar Estandarizada, según el cual se pondera las circunstancias familiares, como número de hijos, discapacidad o monoparentalidad, no puede entrañar que las tablas para cada caso elimine en la mayoría de la sociedad las ayudas, haciendo que éstas sean excepciones puntuales en vez de un derecho universal baremable.
Esta asociación vecinal considera prioritarias las políticas sociales, desde la base de los principios fundamentales que encomiendan a los poderes públicos “promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”.
Nuestro barrio, por su juventud y elevada tasa de natalidad, con 563 nacimientos en 2013 de una población de 21.000 habitantes, es el exponente del futuro de Vitoria-Gasteiz. Como es obvio, este cambio afectará de manera directa a la mayoría de las familias de Zabalgana, cuya edad media es de 30,6 años, por existir diez mil familias con niños y niñas de corta edad, y muchas de ellas en la actual coyuntura invirtiendo socialmente en la procreación y natalidad como valor social, económico y vital de una sociedad progresista y avanzada.
Desde Zabalgana batuz exigimos garantizar la conciliación en todos los ámbitos sociales, laborales y económicos, aportando las ayudas a la conciliación laboral y familiar con la partida que sea precisa según la necesidad, y se prevea para los años sucesivos.
Para ello, desde Zabalgana batuz reclamamos unas políticas sociales orientadas a cubrir las necesidades de las familias, una apuesta por el empleo, la compatibilización de la esfera productiva y la esfera reproductiva, la igualdad entre mujeres y hombres, unos servicios sociales públicos e integrales, así como medidas y ayudas para que esta conciliación sea realmente posible.