Con los primeros días de aproximación a la tierra, de plantar, regar, pedir mula o una azada al vecino hortelano, Zabalortu esta consiguiendo que sea una verdadera parte del barrio donde se disfrute, se hagan relaciones, donde se comparta y se encuentren vecinos y vecinas.
Además, otro factor de estos días esta siendo la valoración del esfuerzo y del valor socio comunitario de un huerto en Zabalgana barrio que no es dormitorio, pero carece de plazas y espacios de encuentro, salvo parques, áreas infantiles, y entradas de las escuelas.
Ahora Zabalortu ofrece un nuevo espacio de encuentro no vinculado a la educación reglada, sino a la tierra dentro del barrio, donde aprendemos todos y todas.
En los próximos días y semanas, se debe mejorar la organización del espacio, del proyecto y gestión, para poner orden a la voluntad y prisa por plantar, así como a desarrollar los espacios comunes, proyectos culturales y demandas de vida en el barrio.