Últimamente hemos podido asistir a una auténtica representación sobre qué partido político se preocupa más por l@s y l@s vecin@s de los barrios de Zabalgana y Salburua.
Independientemente del color de cada partido y de la ideología de unos u otros todos parecen coincidir en una cosa: el interés común por hacerse con la abultada bolsa de votos de l@s vecin@s de estos nuevos barrios. Así, en las últimas semanas parece que políticos de todo signo hubieran descubierto que los nuestros son barrios en los que la asimilación de población y la oferta de servicios básicos no se han dado a la par, o que la estructuración de los mismos no fue debidamente planteada, algo ahora inevitable, y que, por lo tanto, según parece, merecemos algún tipo de compensación.
Tomando ésto en consideración las asociaciones vecinales Zabalgana Batuz y Salburua Bizirik consideramos que no se puede tratar a los barrios y sus vecin@s como meros juguetes electorales.
Como barrios cuya planificación esta siendo plagada de errores constructivos, déficits de servicios, y retrasos en dotaciones y equipamientos sociales, de nada nos sirve que se diga que se está en deuda con nuestros barrios. Un barrio, como sujeto con memoria y vida propia, reclama que se le trate con respeto.
Los y las vecinos /as de Zabalgana y Salburua no deseamos tener ningún trato de favor, sólo poder acceder a los mismos servicios que cualquier otr@ ciudadan@ de la ciudad.
En resumidas cuentas, que, frente a las palabras y promesas, demandamos hechos en cada cargo, puesto o responsabilidad. Hoy por hoy, los hechos nos dicen por ejemplo que: aún habiéndose avanzado bastante en este sentido, la mitad de las parcelas de Zabalgana y Salburua siguen sucias y sin vallar o sin medidas que ofrezcan garantías de seguridad, ni siquiera las que se pueden catalogar de potencialmente peligrosas tienen medidas que eviten riesgos evidentes; que hay zonas de estos barrios no directamente comunicadas con el resto de la ciudad, como es el caso de Aldaia y Borinbizkarra; que seguimos sin que se ejecute con la premura necesaria el prometido Centro de Salud; o que, pese a la falta de demanda de vivienda, siguen adelante con la Redensificación.
En torno a este último punto, consideramos que la COTPV nos da la razón y, nos ratifica en las posiciones que hemos mantenido referentes a la redensificación de Salburua y Zabalgana. Desde nuestras asociaciones hemos planteado al Ayuntamiento la necesidad de paralizar los planes de redensificación para nuestros barrios, dado que en el origen de este plan se aprecia improvisación e imposición por parte municipal.
El Ayuntamiento ha sacado este plan sin consenso ni dialogo social. Es más, no se ha hecho ningún estudio sobre el impacto medio ambiental, no se ha hecho ningún estudio sobre las necesidades de esta sobreconstrucción, tampoco se ha hecho un estudio que determine las necesidades reales de equipamientos educacionales, deportivos, sanitarios y sociales en nuestros respectivos barrios. Zabalgana y Salburua son barrios inacabados que requieren estabilizar su población y cubrir sus necesidades.
El máximo órgano urbanístico ha apreciado así como nuestras asociaciones que falta trabajo por hacer, que los estudios son imprescindibles y que no se puede cambiar la política de vivienda sin contar con los las ciudadanos/ciudadanas.
Tanto Zabalgana Batuz como Salburua Bizirik seguimos instando al Ayuntamiento para que paralice este plan y de los pasos adecuados para el consenso y la participación de los movimientos sociales que trabajan y conocen la realidad de la ciudad.
Las asociaciones vecinales Salburua bizirik y Zabalgana Batuz, ante la insistencia en considerar los barrios como caladeros de votos, reclamamos visión de ciudad, información y participación social, coherencia, hechos y rigurosidad en el diagnóstico de nuestros barrios, consenso con los vecinos y vecinas, y respeto a nuestro trabajo vecinal en defensa de unos barrios con multiples necesidades.
Ante ello, ratificamos nuestro trabajo abierto, participativo y demandamos un espacio al diálogo y una reflexión pausada sobre el diagnóstico de nuestros barrios, para planificar los equipamientos y servicios necesarios sin improvisaciones, rectificaciones de congreso, o promesas de campaña. En esta labor contarán con la firme voluntad y colaboración de asociaciones vecinales y de la mayoría de vecinos y vecinas que trabajamos por construir día a día unos barrios y, por ende, una ciudad mejor.