Compartimos algunos de los efectos positivos y ventajas, tanto ecológicas como sociales, que te reporta consumir en las pequeñas tiendas de tu barrio.
Los comercios locales y los mercados de barrio son fundamentales para la salud de nuestras comunidades. Es habitual que sus propietarios vivan en la zona, por lo que el dinero gastado en sus tiendas también ayuda a fortalecer la economía local. Hay estudios que demuestran que el dinero gastado en comercios de proximidad circula en el barrio 3 veces antes de desaparecer en la economía general. Mientras que la mayor parte de lo gastado en las grandes superficies sale de la región casi de inmediato.
Las tiendas de barrio además son un buen lugar donde encontrarse y estar de charla y hacer red con tus vecinos y vecinas.
Para desplazarnos hasta las afueras consumimos mucho tiempo y grandes cantidades de dióxido de carbono. Frecuentar más los comercios locales nos ayuda a reducir el impacto en el medio ambiente que suponen los desplazamientos a los centros comerciales. Ir paseando o en bici a las tiendas de barrio permite disminuir el tráfico y los gastos de gasolina, a la vez que haces ejercicio físico.
Se calcula que el contenido de una cesta de la compra típica ha recorrido más de 160.000 kilómetros hasta llegar a las estanterías de un centro comercial. Los comercios de barrio cuentan con más productos locales o cultivados y fabricados en la zona.
Los pequeños comercios consumen menos energía que los centros comerciales. No son necesarios esos gigantes congeladores abiertos, ni las luces brillantes encendidas día y noche, ni las puertas abiertas con sistemas para impedir que entre el calor ni esos potentes aire acondicionados. Por cada metro cuadrado de espacio en un centro comercial, una verdulería de barrio consume hasta tres veces menos energía.
Si en tu barrio no encuentras todo lo que necesitas, ¡pídelo! Es mucho más probable que el propietario o la propietaria de una comercio local responda a tus peticiones que la gerencia de un centro comercial.
¿Te imaginas ir al centro comercial y pedir consejo acerca de un libro adecuado para regalarle a tu sobrina, unas manzanas ecológicas o una televisión de bajo consumo energético? Las grandes superficies amplían su gama de mercancías sin cesar, por tanto es imposible que el personal conozca todos los productos de la tienda. En cambio, es muy probable que el carnicero, la librera o el frutero de tu barrio puedan ofrecerte consejos útiles sobre todos los productos que venden. Te ayudarán a escoger mejor y te ofrecerán las mejores gangas.
Varios estudios de consumo muestran que la mayor parte de la gente realiza una compra principal una vez a la semana en una gran superficie comercial en el que gasta el 80% del presupuesto familiar. Está comprobado que más de un tercio de estos productos (sobre todo los alimentos) acaban en la basura. Compramos demasiado de una vez o no hacemos planes de antemano y terminamos con productos que nunca usamos. En cambio, las personas que visitan tiendas de barrio a la vuelta del trabajo o en combinación con otros recados, con los que vas llenado poco a poco tu despensa, hacen compras mucho más eficientes. No desperdiciarás comida y comerás alimentos más frescos, por ejemplo.