El desarrollo de una ciudad, como en nuestro caso, se da mediante la reforma de lo urbanizado (Plan Especial, o Plan Especial de Reforma interior, PERI), o a traves del el crecimiento, como ha sucedido en Salburua, Lakua y Zabalgana mediante los sectores urbanísticos que dan lugar a los correspondientes planes parciales. Cada Plan parcial establece un Plan de etapas para la realización de las obras de urbanización, debiendo justificar su coherencia con las restantes determinaciones del Plan, en especial con el desarrollo en el tiempo de la edificación prevista y sus dotaciones y de los elementos que componen las distintas redes de servicios, así como, en su caso, con los sistemas de actuación elegidos.
En la formulación del Plan de etapas se atiende a que la previsión de creación y utilización de suelo urbanizado para la edificación vaya acompañada de la creación de las correspondientes dotaciones.
En el caso de Salburua y Zabalgana, nadie expone el plan de etapas ni si se cumple esa coherencia entre las obras de urbanización y las dotaciones debidas, pues se han aportado los dineros para las mismas, pero no se han respetado los fondos ni ritmos para las dotaciones de los sectores nuevos. Nos encontramos con miles de viviendas sin estudios, previsiones ni dotaciones de algún tipo. Ese crecimiento de ladrillo y gente pero no de servicios, supone un castigo añadido a las dificultades de un barrio nuevo, como es Zabalgana.
Por lo tanto, cada proyecto de equipamientos es una reversión finalista de esa cantidad que se debe asegurar para dotar los nuevos barrios, con dinero establecido y fijado legalmente para ello, con unos plazos y tiempos marcados, una ejecución de lo debido al construir cada parte del barrio.
Ante ello, nos queda recabar información, exigir el cumplimiento de la normativa de actuación de la ejecución urbanística de nuestro barrio, en lo que respecta no a urbanización y edificación, sino de dotaciones y servicios que deberían ser ejecutados de forma consecutiva a los espacios residenciales.
Es momento de que se conozca que no nos regalan nada, que se deben ejecutar planes en su integridad y completar lo comprometido entre promotores y el propio Ayuntamiento.